lunes, 15 de junio de 2009

¡Oh! ¡Es ella!

Cuando pensaba que todo estaba perdido y que no volvería a ver a mi Bette Porter en la pantalla, un halo de esperanza entró a través de mi televisión: allí estaba ella, enchaquetadita y con la mismita cara que en The L Word. Sí, allí estaba Jennifer Beals, aparecida de sopetón en una serie en la que ni se le esperaba ni, a priori, estaba invitada con el mismito empaque de persona responsable, seria y competente. Eso sí, heterosexual.


Hetoresexual y coladita por el protagonista de 'Lie to me', serie a cuya primera temporada me he enganchado con profusión gracias a ese 'peaso' de personaje que es el doctor Lightman, experto en analizar las microexpresiones faciales y así, de paso, atrapar a los malos malísimos que pululan por las calles de Washington.


Bette Porter -¿o quizás debería decir ya Jennifer Beals?- hace de su ex mujer, quien aún sigue enamorada hasta las trancas de este peculiar personaje que no se parece en nada a la inteligente y pausada Tina Kenard. La separación la causó la afición extrema del doctor Lightman a analizar las microexpresiones del rostro: la pilló en todos los renuncios y al final ello acabó mandándolo al garete. Y eso debe de ser difícil, porque con la 'amplia gama' de expresiones de la Beals, tiene que ser casi imposible saber en qué piensa por su rostro.


Lo cierto es que su presencia en dos capítulos de la primera temporada de esta serie -además, por sorpresa- ha hecho que pueda volver a verla, aunque sea sólo durante unos instantes y perdida ya para siempre para la causa lésbica.

viernes, 29 de mayo de 2009

Estoy de vuelta

Pues eso: que tras tres meses de silencio ya es hora de volver a aparecer por aquí, digo yo. Pero es que entre cambios estructurales en el trabajo (con nuevo horario y con más responsabilidades) y el descontrol que ello lleva implícito, la vuelta de mi novia a la casa (ha estado más de dos años fuera de gira por Andalucía por motivos laborales) y las obras (sí, somos muy valientes, incluso inconscientes, diría yo) no ha habido manera de hincarle el diente a este, hasta no hace mucho mi blog.


Ahora retomo esa labor autoimpuesta de verter aquí mis ideas, dudas, pensamientos críticos, humorísticos y cualesquiera otras historias que surjan para compartirlas con todas vosotras. Y vosotros, porque supongo que algún lector sí que habrá por ahí perdido.


Y lo primero, pues es lo primero, aunque llegue tarde. Y lo primero no puede ser otra cosa que comentar el final de mi serie preferida, esa de la que soy tan freaky que me he puesto la sintonía como melodía del móvil. Sí: ahora me llame quien me llame suena esa musiquita que tan bien conocéis (conocemos)... This is the way, it's the way that we live... And love... Yes, yes... Todavía nadie me ha preguntado en el curro que qué es esa música y cuál es el motivo que me ha llevado a que cambie mi manida sintonía de La pantera rosa por esa melodia. Ya llegará el día...


Mientras tanto, sí que puedo asegurar que la última temporada de The L Word ha hecho que sea un poco menos fan de la serie. ¿Pero cómo han podido dejarlo todo tan abierto, por mucho spin off que vayan a hacer o por mucha peli que quieran vender? Tremenda indecencia y tomadura de pelo para nosotras, grandes seguidoras, que nos hemos cargado la friolera de seis temporadas siguiendo las aventuras de toda la pandilla.


Lo que sí ha sido un gran acierto, debo decir, ha sido cargarse a Jenny... ¡Bien! Si no encuentran a la asesina, yo me ofrezco de voluntaria... Y eso sí: para la eternidad lésbica quedará una frase: "Eres más mala que Jenny Schecter".

viernes, 13 de marzo de 2009

Asesinada y violada por lesbiana

Desde hace unos días tenía la firme intención de hoy actualizar el blog. Después de estar un mes volcada en el trabajo era buen momento para relajarme siendo irónica y perversa. Mi idea era escribir algo divertido, en la línea de lo que suelo hacer en estas páginas, pero esta mañana me he topado con esta noticia en elmundo.es: 'Eudy Simelane: violada y asesinada por lesbiana'.

Las que hagáis click hoy ahí os daréis cuenta de que es la noticia más leída de la jornada en ese digital. ¿Morbo? ¿Interés? ¿Está bien titulada? Supongo que es un cóctel de todo eso. Ha sucedido en Sudáfrica y por lo visto es algo habitual que a las lesbianas las violen como correctivo. Los hombres que las violan piensan que así cambiarán de idea y se volverán heterosexuales.

En la noticia de elmundo.es no hacen, sin embargo, ninguna alusión a la raza de la asesinada hasta el décimo párrafo. Sudáfrica es sinónimo de 'apartheid', pero en el texto que han colgado en la web -una traducción de una información de The Guardian, creo- eluden hablar de razas. Sí que cuentan que Eudy Simelane era una brillante y querida futbolista, pero no dicen de manera específica que era negra hasta casi el final de la noticia, en la que también cuentan que en el caso de Simelanes es por el primero que un hombre ha sido encarcelado. Lo que no dicen en ningún momento en esa información es la raza del hombre.

martes, 10 de febrero de 2009

Algo se mueve

Ya sé que llevo más de un mes sin escribir en éste, mi blog. Pero es que desde que sé que internet va a dejar de ser un hobby para convertirse en breve en el centro de mi trabajo he desarrollado una resistencia importante a acercarme, siquiera, a los ordenadores. Aunque siempre escribir aquí será, sin lugar a dudas, más divertido que esa misión que tiene para mí reservada el destino, así que seguiré dando la tabarra con mis historietas.

También influye en esta resistencia las consecuencias de la ya conocida como "la fiesta de las ostras". La más inmediata fue que mis compañeras de gimnasio abrieron el inevitable grupo del Facebook en el que ahora se dedican a escribir en el muro mensajitos subidos de tono pidiendo más fiestas similares, sin hombres, y con una carga erótica explícita. ¿Cómo si no se puede interpretar que abran un foro de debate sobre qué es más cómodo para hacer deporte, si usar sujetador deportivo o camisetas con sujetador incorporado?

No sé si me he vuelto muy mal pensada o es que veo doble sentido en todo, pero para mí que detrás de esa pregunta sobre los sujetadores hay una intención oculta. Me temo que alguna que otra se está replanteando su orientación, sexual, por supuesto, y no sé que influencia puede ejercer lo que cuento aquí. Para mí que los paseos por este blog pueden resultar dañinos para la salud emocional de alguna que ya me ha pedido que le pase las cinco temporadas de The L Word y los capítulos ya emitidos de la sexta. Ése es el primer síntoma de que algo se está moviendo. Para mí que se avecina una época de cambios.